Publicado 11 de noviembre de 2024 en Prácticas Agrícolas por VeryAgro
La agricultura de subsistencia es un tipo de cultivo que se centra en el cultivo de cosechas que pueden ser consumidas localmente, en lugar de para los mercados comerciales. La intención de la agricultura-sustancia es producir suficiente comida para satisfacer las necesidades de los agricultores y sus familias. Es un tipo de agricultura de subsistencia utilizada en los países más pobres del mundo.
La agricultura de subsistencia supone un gran porcentaje de la producción agrícola en muchos países en desarrollo. La agricultura-sustancia se utiliza principalmente en los países en desarrollo, donde la población local produce suficiente comida para sobrevivir, y la mayoría de ellos se dedican a la producción de alimentos básicos, como patatas, maíz, arroz, judías y legumbres.
Hay varias ventajas asociadas a la práctica de la agricultura-sustancia en comparación con la agricultura comercial. En primer lugar, puede ser una fuente razonable y fiable de alimento para la comunidad local, e incluso puede ayudar a aumentar la variedad nutricional de la dieta. Además, la agricultura-sustancia es una forma de que las familias pobres reduzcan su vulnerabilidad a los choques del mercado y a las fluctuaciones de precios. Por otra parte, la agricultura-sustancia es también una forma de que estas familias tengan una fuente de ingresos, sin tener que recurrir a prácticas como la pesca excesiva o la deforestación.
Cientos de millones de agricultores de todo el mundo practican la agricultura-sustancia. Por desgracia, las condiciones en que trabajan estos agricultores y la calidad de sus cosechas no suelen ser siempre óptimas. Muchos de ellos tienen acceso a insumos agrícolas limitados y se enfrentan a limitaciones en cuanto a tecnología, conocimientos y finanzas.
La tecnología es una de las principales limitaciones para los agricultores que practican la agricultura-sustancia. Factores externos como el clima y las condiciones del suelo, las plagas y enfermedades, y la falta de infraestructura básica y almacenes impiden a algunos agricultores aplicar métodos y técnicas agrícolas actualizados.
El acceso a insumos agrícolas, como semillas, abonos, equipos de riego y herramientas, puede ser una gran limitación para los agricultores no comerciales. Muchos de estos insumos no están disponibles o no son asequibles, lo que impide a los agricultores aumentar su productividad y la calidad de los cultivos.
La falta de acceso a la información y al conocimiento impide a muchos agricultores aprender e implantar estrategias agrícolas modernas, sostenibles y rentables. Además, muchos agricultores de cultivos no comerciales tienen dificultades para financiar nuevas inversiones agrícolas y no pueden o no quieren invertir más que en sus necesidades básicas de subsistencia.
Para superar estas limitaciones, hay una serie de estrategias prácticas que los agricultores del Tercer Mundo pueden utilizar. Las asociaciones agrícolas y las cooperativas pueden capacitar a los agricultores para que conozcan nuevas tecnologías y técnicas agrícolas, ayudarles a acceder a financiación a bajo coste y ayudarles a acceder a diversos insumos.
Además, el desarrollo de agroindustrias locales puede ayudar a conectar a los agricultores con los mercados y el acceso a nuevas tecnologías y a insumos agrícolas. Si trabajan juntos y establecen contactos con las empresas locales, los agricultores pueden mejorar su capacidad para vender sus cosechas y aumentar su potencial de ingresos.
Existen varios beneficios derivados de la agricultura-sustancia. Incluyen:
Con el uso de prácticas de agricultura-sustancia locales y sostenibles, las familias pueden aumentar su propia seguridad alimentaria y su control sobre sus recursos. Esto puede ayudar a reducir la dependencia de fuentes externas y aumentar la soberanía alimentaria de los hogares, incluso ante malos perspectivas económicas.
Como los agricultores locales utilizan más recursos locales y métodos de producción locales, su impacto ambiental suele ser menor que el de la agricultura industrial a gran escala. Al cultivar una variedad de cosechas y utilizar plaguicidas y abonos no químicos, los agricultores que utilizan cultivos no comerciales pueden ayudar a mantener la diversidad natural de la biota local.
Además, las prácticas de cultivos no comerciales pueden ayudar a las comunidades rurales a mantener el uso de los recursos a lo largo del tiempo. Al evitar un uso excesivo de los recursos locales, los agricultores pueden garantizar la resiliencia y la salud de los ecosistemas locales a largo plazo.
El bajo nivel de inversión, conocimientos e infraestructura en muchos países en desarrollo hace que la agricultura-sustancia sea una práctica desafiante para muchos agricultores de la región. La falta de acceso a recursos e insumos y la escasa integración de los pequeños agricultores en la economía formal pueden suponer importantes obstáculos para la agricultura-sustancia.
Sin embargo, la agricultura-sustancia en el Tercer Mundo ofrece una serie de oportunidades. Reinvirtiendo los beneficios de la agricultura en infraestructura rural, agroindustrias locales y nuevas tecnologías agrícolas, los agricultores pueden aumentar su productividad y su potencial de ingresos, al tiempo que mejoran la resiliencia y sostenibilidad del sistema agrícola local.
Además, trabajando juntos como parte de cooperativas y asociaciones agrícolas, los agricultores pueden aprender y acceder a nuevas tecnologías y recursos, y obtener acceso a mercados de exportación.
La agricultura-sustancia es una forma de agricultura que pretende satisfacer las necesidades básicas de las comunidades locales, al tiempo que promueve la producción alimentaria sostenible y la resiliencia económica local. Aunque la práctica de la agricultura de subsistencia plantea importantes retos en muchos países en desarrollo del mundo, también ofrece una serie de oportunidades para los agricultores. Invirtiendo en infraestructura, suministros agrícolas, trabajando juntos y utilizando nuevas tecnologías y prácticas, los agricultores pueden ayudar a mejorar la seguridad alimentaria de sus propias familias, al tiempo que contribuyen a la resiliencia y sostenibilidad de la economía local.