Publicado 7 de agosto de 2024 en Prácticas Agrícolas por VeryAgro
Las regiones tropicales y subtropicales tienen el clima más favorable para el cultivo del tomate. Sin embargo, en las zonas más frías del mundo, los cultivos de tomate tienen más éxito en invernaderos, donde el clima está regulado. Para garantizar una producción y un rendimiento óptimos de los tomates, hay que tener en cuenta ciertos factores agronómicos como el clima y el suelo.
En la producción en invernadero, las tres variables principales a tener en cuenta son la temperatura, la luz y la humedad. Las temperaturas adecuadas oscilan entre los 15 y los 30° C (59 y 86° F); las temperaturas por encima o por debajo de este intervalo provocan un crecimiento atrofiado y un rendimiento reducido. Además, las fluctuaciones de temperatura dentro de este intervalo pueden afectar negativamente al cultivo del tomate.
La luz también es un factor clave, ya que es importante para la fotosíntesis, que a su vez es importante para el crecimiento y desarrollo de las tomateras. Los niveles de luz de 5.000 a 20.000 lux son ideales, y los cultivos de tomate necesitan al menos 17 horas de luz al día. Limitar los niveles de luz puede reducir el número de frutos cuajados y su tamaño, mientras que demasiada luz puede causar quemaduras en las hojas y daños en los frutos tiernos.
Los niveles de humedad del 60 al 70% son óptimos para la producción de tomates en invernadero. Los niveles de humedad más altos pueden provocar problemas de enfermedades y reducir el rendimiento, mientras que los niveles de humedad más bajos pueden causar marchitamiento y reducir el crecimiento y el desarrollo.
Las mezclas que tienen un equilibrio óptimo entre aire y agua son las mejores para la producción de tomates de invernadero. El nivel de pH debe oscilar entre 6,0 y 7,0, y los cultivos de tomates deben abonarse con las dosis recomendadas según los análisis del suelo.
Además, los micronutrientes, como el hierro, el manganeso, el zinc y el cobre, también son importantes para el crecimiento y desarrollo adecuados de las tomateras. Estos micronutrientes deben añadirse en las cantidades recomendadas, ya que un exceso de micronutrientes puede ser perjudicial para el cultivo del tomate.
Garantizar el éxito de los cultivos de tomate en invernadero requiere una gestión adecuada de factores agronómicos como el clima y el suelo. Unos niveles adecuados de temperatura, luz y humedad son importantes para el crecimiento y desarrollo óptimos de las tomateras. Los medios de cultivo deben tener un equilibrio adecuado entre aire y agua, y deben mantenerse unos niveles de nutrientes apropiados para evitar carencias o toxicidades de nutrientes.
Así pues, la producción de tomates en invernadero requiere una gestión cuidadosa de los factores agronómicos para lograr un rendimiento y una producción óptimos.