Publicado 25 de junio de 2025 en Prácticas Agrícolas por VeryAgro
La fertilidad del suelo se refiere a la capacidad de un suelo para proporcionar los nutrientes esenciales necesarios para el crecimiento de las plantas. El abonado del suelo es vital para todo tipo de agricultura y horticultura, así como para jardines y paisajes. Existen una gran variedad de sustancias orgánicas e inorgánicas que pueden utilizarse para abonar el suelo. En este artículo, hablaremos de algunas de las cosas más comunes que se utilizan para abonar el suelo y de las ventajas e inconvenientes de cada una.
Las sustancias orgánicas son las que se derivan de organismos vivos. Existen muchos tipos diferentes de sustancias orgánicas que pueden utilizarse para abonar el suelo, como el estiércol, el compost, la turba y otras materias orgánicas. Estos materiales son ricos en nutrientes y ayudan a mejorar las capacidades de retención de agua y nutrientes del suelo. Sin embargo, el contenido de nutrientes de las sustancias orgánicas varía mucho y su liberación suele ser más lenta que la de otros tipos de fertilizantes. Por ello, las sustancias orgánicas deben aplicarse en mayores cantidades y con mayor frecuencia que las sustancias inorgánicas.
Las sustancias inorgánicas son las que se derivan de fuentes no vivas. Algunos materiales inorgánicos de abonado más utilizados son el nitrógeno, el fósforo, el potasio y varios micronutrientes. Estas sustancias suelen estar disponibles en forma más concentrada que los materiales orgánicos y pueden aportar una disponibilidad de nutrientes más rápida y predecible. Por su naturaleza concentrada, las sustancias inorgánicas suelen ser menos costosas de aplicar que las orgánicas. Sin embargo, las sustancias inorgánicas también pueden tener un impacto más negativo en el medio ambiente, pudiendo provocar contaminación y erosión del suelo si no se utilizan adecuadamente.
Los abonos combinados son los que contienen sustancias tanto orgánicas como inorgánicas. Estos abonos procuran combinar las ventajas de ambos tipos para proporcionar una fuente de nutrientes equilibrada y sostenible. Según la Asociación Nacional de Jardinería, los abonos combinados suelen ser una buena opción para los jardineros, ya que aportan nutrientes que se liberan lentamente y también los que se liberan rápidamente. Los abonos combinados también ayudan a reducir los posibles impactos medioambientales negativos, como la lixiviación de nitratos.
Los inoculantes microbianos son organismos vivos beneficiosos que pueden añadirse al suelo para mejorar su fertilidad. Los inoculantes microbianos pueden ayudar a descomponer la materia orgánica, fijar nitrógeno atmosférico y aumentar la agregación del suelo, ayudando a crear una estructura sana del suelo. Estos organismos beneficiosos para el suelo se encuentran en una gran variedad de fuentes, como el compost, el estiércol y otras materias orgánicas. También pueden adquirirse en forma concentrada y añadirse directamente al suelo para mejorar su fertilidad.
La vermiculita y la perlita son dos minerales que suelen utilizarse para mejorar la fertilidad del suelo. Estos materiales son ligeros y ayudan a mejorar el drenaje y la aireación del suelo. También pueden aumentar la capacidad de intercambio catiónico del suelo, lo que ayuda a mejorar la disponibilidad de nutrientes. La vermiculita y la perlita se suelen mezclar con otros materiales orgánicos e inorgánicos para crear una enmienda del suelo bien equilibrada.
En conclusión, abonar el suelo es una práctica vital para todo tipo de agricultura, jardinería y paisajismo. Existe una gran variedad de sustancias que pueden utilizarse para abonar el suelo, como materia orgánica, sustancias inorgánicas, abonos combinados, inoculantes microbianos, vermiculita y perlita. Cada uno de estos materiales tiene sus propias ventajas e inconvenientes, y es importante tener en cuenta las necesidades individuales del suelo y las plantas a la hora de elegir un material fertilizante.