Publicado 27 de octubre de 2025 en Prácticas Agrícolas por VeryAgro

Los pepinos son un complemento excelente para cualquier jardín o alféizar. Son fáciles de cultivar y producen deliciosos frutos que pueden degustarse solos, como tentempié o en ensaladas o sándwiches. Los pepinos pertenecen a la familia de las calabazas y prosperan en suelos fértiles y bien drenados y con abundante luz solar. Aquí hablaremos de los pasos para cultivar y cuidar con éxito las plantas de pepino y garantizar una cosecha abundante.
Antes de empezar a cultivar pepinos, es importante seleccionar la variedad adecuada a tus condiciones de cultivo particulares. Dependiendo del clima, la calidad del suelo y el espacio disponible, puedes elegir entre varios tipos de plantas de pepino, como las rebanadoras, los pepinos para encurtir y los cultivares híbridos. También merece la pena plantearse si prefieres una variedad arbustiva que requiera menos espacio o una variedad trepadora que pueda crecer en un enrejado.
Como la mayoría de las plantas, los pepinos crecen mejor en un suelo bien drenado y rico en nutrientes. Antes de plantar, prepara el suelo labrándolo hasta una profundidad de 10-15 cm y enmiéndalo con materia orgánica, como compost, turba o estiércol bien descompuesto. Asimismo, asegúrate de que el pH del suelo sea ligeramente ácido, de 6,0 a 7,0.
Normalmente, los pepinos se obtienen de plántulas, que pueden sembrarse directamente en el jardín en primavera, una vez pasado el peligro de heladas. Cava una zanja poco profunda, de unos 2,5 cm de profundidad, y planta las plántulas separadas entre sí unos 2,5 a 10 cm. Mantén la tierra constantemente húmeda, pero no encharcada, y protege las plantas de las heladas tardías con una cubierta temporal, como una sábana o un paño antihielo.
Una vez que los pepinos estén establecidos, aplica un fertilizante equilibrado (como un 10-10-10) aproximadamente cada tres semanas para favorecer un crecimiento sano. Además, mantén la tierra constantemente húmeda proporcionando un riego profundo y minucioso al menos una vez a la semana. Ten cuidado de no regar en exceso, ya que puede provocar la pudrición de las raíces y otros problemas.
Cuando las plantas de pepino empiecen a desarrollarse, pueden amontonarse y necesitarán ser aclaradas para garantizar que las plantas restantes reciban suficiente luz solar y circulación de aire. Para aclarar las plantas, elimina las más débiles con unas tijeras o tijeras de podar, teniendo cuidado de no molestar a las demás. Además, considera la posibilidad de podar las plantas para favorecer una mejor producción de frutos y una mejor circulación del aire.
Los pepinos son propensos a diversas plagas, como pulgones, escarabajos del pepino y arañas rojas, así como a enfermedades fúngicas, como el oídio. Para prevenir las infestaciones y las enfermedades, inspecciona regularmente las plantas en busca de cualquier signo de daño y toma las medidas adecuadas, como eliminar las plagas de insectos a mano, aplicar un jabón insecticida orgánico o rotar los cultivos para romper el ciclo de las plagas y las enfermedades.
Una vez que las plantas de pepino empiecen a producir frutos, deben cosecharse con regularidad para garantizar una cosecha abundante y constante. Para cosechar los pepinos, utiliza unas tijeras de jardinería para cortar los frutos. Además, los pepinos pueden conservarse en el frigorífico hasta tres semanas o enlatados, encurtidos o congelados para un almacenamiento más prolongado.
Con la planificación y los cuidados adecuados, cultivar pepinos es una experiencia gratificante que producirá abundantes frutos deliciosos. Si seleccionas la variedad adecuada, preparas el suelo, abonas y riegas adecuadamente y evitas las plagas y enfermedades, te asegurarás una cosecha abundante de pepinos frescos y nutritivos.